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jueves, 29 de abril de 2010

Empezamos por una RE-CO-MEN-DA-CIÓN

Este recurso, tan poco original como recurrente, nos sirve a todos para romper el hielo.
El hielo que se rompe, se pica, se patina, se deshace. Se funde, se deshiela y nos convierte en extrañas máscaras deshumanizadas.

Es una especie de argumento de autoridad. La RECOMENDACIÓN.

El principio de autoridad al que deberíamos RECURRIR más a menudo.

Mi recurrencia se llama Elena Medel.

Su libro TARA (2006)
Su poema:

AQUELLO EN LO QUE TE FIJAS CUANDO SALIMOS POR LAS NOCHES

Mi madre me enseñó que la mejor forma de pasar por la
vida era renunciando a la propiedad particular.
Ella me convenció de que podría transformar los balbuceos
en música de cámara, con mis zapatos.
Tus zapatos son mágicos, me dijo. Pierde uno y ganarás un marido.
Vende dos y ante ti se revolverán las semillas de tu reino.
Y yo susurraba: mi reino eterno. Junto a él.
Decidí que los compraría de colores para camuflar mi identidad,
sobrios si aspiro a desvelar mis secretos.
Ni tacones ni zapatos planos ni aerodinamismo; le quiero
suciamente. He descubierto que pasos-pequeños
conducen a una-mujer-seria-con-dos-rayas-absortas.

Descalza, de puntillas, vuelvo a tener diez años y a morirme